“…ya contesto el teléfono
tranquilo,
Y no con aquellas
ansias,
De escuchar que me
extrañabas,
A pesar de que
fuera,
Una más de tus
mentiras…”
Todo empezó con un mareo, si
estaba yo dormido y de pronto sentí que me estaba mareando, quise pararme para
ir al baño y evitar vomitarme en la cama pero no lo lograba, no lograba
moverme, yo luchaba con todas mis fuerzas y de pronto solo sentí como si
brincará, el mareo había desaparecido y me desprendí de mi cuerpo, me veía a mí
mismo durmiendo en la cama, con el cuello un poco torcido, todo chueco, la
sabana estaba en el piso, vaya en definitiva si era yo, tenía tanto tiempo que
no me pasaba que no sabía qué hacer, hagan de cuenta que es como si estuvieran
manejando un dron en primera persona, así uno vuela, uno se desprende pero a una
velocidad magistral, fui a darle una vuelta a mis familiares, después a ver a
aquella mina de cabello rizado y besos de sal, estaba bebiendo una cerveza
clara y fumando un cigarro de los rojos mientras leía y re leía unos correos,
me acerque un poco para ver si podía percibir su aroma pero no, me di cuenta
que estaba leyendo nuestras cartas por correo electrónico, era muy extraño,
incluso creo que sintió que estaba yo ahí ya que dijo “creo que te he recordado tanto que siento que estás conmigo”, quería
abrazarla, quería decirle que estaba ahí pero no, solo me retire sin dejarle de
ver, después me fui con aquella mina lejana, aquella que me termino odiando
tanto, su cuarto estaba un poco cambiado pero seguía estando mi libro de
escritos que ella se había quedado, estaba abierto en el escrito donde hablo de
como conocí a aquella mina de la perla tapatía, siempre que me preguntaba por
ella yo buscaba la forma de sacarle vuelta a la pregunta hasta que un día dejó
de hacerlo, vi al espejo y había algunas fotos de nosotros, sobre todo es tira
que nos tomamos en la cabina del centro comercial haciendo caras y dándonos besos,
la otra donde estamos en el parque del Carpintero debajo de ese letrero que
dice “Siempre estás justo donde debes de estar”
y estamos dándonos un beso, también había fotos con otro tipo, creo que es su
nuevo novio ya que ella se nota con unos kilos de más pero se sigue viendo
hermosa, me acerqué a ella y solamente le dije “espero algún día puedas perdonarme y me dejes de odiar, yo no quería
irme pero tu sabías que en algún momento iba a pasar”, le di un beso en la
frente y ella solo balbuceo, me quede un rato viéndola.
Después de ahí viaje con aquella
mina que aún quiero bastante, me sorprendió verla despierta, tenía el celular en
las manos, pff al parecer el insomnio la había atacado, su mascota se dio
cuenta de mi presencia y empezó a caminar, no ladraba solo caminaba y fue un
gesto que agradecí, me quedé viéndola hasta que volvió a acurrucarse incluso me
esperé hasta que se durmiera, empezaba a
sentir un poco de mareo, yo sé que es señal que tengo que regresar a mi cuerpo
así que me acerqué a ella y le di un abrazo mientras le decía “todo estará bien, ya verás” y le di un
beso de esquimal chocando su nariz con la mía, el mareo empezó más fuerte y
tenía que irme a mi cuerpo, me habían dicho que si no llegó a regresar queda mi
alma vagando y mi cuerpo queda en estado de locura, volví lo más rápido que
pude, pero al llegar a mi cuarto no me puse de inmediato en mi cuerpo, me quedé
viéndome como dormía, el mareo era cada vez mayor y de pronto me gire hacía la
derecha mientras dormía, me vi caer en cámara lenta y me apresuré a entrar a mi
cuerpo, en eso sentí como caía, puse mis manos y pies para evitar el golpe de
lleno, después me dio un ataque de risa, estaba despierto y al parecer la
locura era la misma que con la que me había dormido.
Sin palabras me has dejado
ResponderEliminarUna realidad maravillosa tu texto
felicitacions y abrazos
Un gusto tenerte por acá.
EliminarTe dejo un abrazo agradeciendo.
Dicen que los viajes astrales existen.
ResponderEliminarYo todavía no lo he experimentado.
Deberías de intentarlo hermano, lo he realizado en un puñado de ocasiones y en algunas veces sale sin querer queriendo...
EliminarTe dejo un abrazo de esos que se dan con el cordón de plata.
extraño las conversaciones telefónicas de antes.... hoy todo es en zoom, en fa en flash!
ResponderEliminarYa sé, llamadas por la noche...
EliminarUn abrazo jo
Recuerdo las conversaciones telefónicas que valían la pena, tiempo antes de redes y mensajeros, incluso antes de los SMS.
ResponderEliminarQuizás todo se remite al costo, antes todo era por minuto o mensaje y salía muy caro entonces como que se atesoraba más ese momento. Ahora solo nos cuesta tiempo e irónicamente es lo más valioso qué tenemos.
EliminarTe dejo un abrazo escuchando el tic tac.