¿Recuerdas el día que nos conocimos?

 

“…Ella es así como la ves,

Tiene un toque de dulzura y de maldad a la vez,

Te desarma,

Solamente con mirarla…”

 

¿Recuerdas el día que nos conocimos? Es extraño realmente te conocí un martes 13, cuando en verdad me estaba lloviendo sobre mojado, tenía un mes que me había dejado mi novia, aquella con la que anduve los últimos dos años, el motivo fácil, el destinarle demasiado tiempo a mi trabajo y justo al mes me corrieron del trabajo, exploté y le di un buen derechazo a mi jefe que lo mandé al piso, después medio mundo nos agarró y al final de la jornada nos despidieron a los dos, llegué directo a mi casa, puse música a todo volumen y me puse a jugar GTA V, destapé una cerveza y solo me concentraba en pasar las misiones, las cervezas poco a poco se fueron terminando y mi frustración también poco a poco fue cediendo, me dieron ganas de fumar así que Salí a la tienda y compré una cajetilla de los rojos, encendí un cigarrillo cuando salí de la tienda y lo fumaba mientras llegaba a casa y ahí fue cuando te vi, estabas viendo hacia el piso, como triste, sentada en una de las bancas improvisadas que tengo fuera de casa, recuerdo que te había visto en algunas ocasiones eras sobrina de uno de los vecinos y tenías poco de haber llegado, no entiendo el motivo pero te abordé “buenas tardes vecina ¿todo bien? ¿Te puedo ayudar en algo?”, fue cuando me volteaste a ver con tus ojos hinchados de llorar, me viste por unos segundos y después te paraste y me diste un abrazo, de esos abrazos que se sienten sinceros, te intenté tranquilizar diciéndote que buscarás estar tranquila para poder actuar, en eso te sentaste y me pediste un cigarrillo, así que te lo dí y lo encendí, después hice lo propio con uno para mí. Después de unas cuantas caladas empezaste a decirme que tu novio te había dejado, que habías estado con él desde hace ya 6 años pero en estos tres meses que llevabas acá, él no aguantó y empezó a andar con otra, lo viste por Facebook, de tu mochila sacaste una cerveza y la ibas a destapar, te dije que esperaras y me metí a mi casa por un seis de cerveza, en verdad ese día platicamos por cerca de dos seis de cerveza hasta que te fuiste, compartimos números de celular y te fuiste, yo me quede pensando en ti, quizás mi día no había sido tan malo como el tuyo.

 

Pasaron un par de días y no había razón de ti, yo pensé que te habías ido hasta que me llego una llamada tuya invitándome una cerveza, estabas justo a fuera de mi casa, como pude me puse un short y una playera para salir, estábamos tomando en el patio de la casa, pusimos música, no compartíamos ningún género musical pero igual estaba bien, platicábamos de cualquier cosa, sobre todo de tu carrera, hasta que de pronto dijiste “bueno, hemos hablado mucho de mí, ¿Qué hay de ti?”, y ahí empecé diciendo que estaba desempleado, me gustaba el baseball, bebía y fumaba con frecuencia, me gustaban los videojuegos y comer, eran mis cosas favoritas, estábamos platicando sobre comida cuando hiciste esa pregunta incomoda que me quebró “¿y tienes novia?”, contesté con un “no”, seco y sin inmutarme, le di una calada al cigarro y un trago a la cerveza, de pronto empecé a hacer catarsis, te dije todo lo que me gustaba de ella, después todo lo que me molestaba y concluí con “terminamos porque yo le dedique tanto tiempo a mi trabajo que no tuve el tiempo suficiente para ella, en mi defensa puedo decir que lo hacía para poder irnos de vacaciones en un par de meses, pero bueno, después en mi trabajo me volví muy intolerante y el día que te conocí nos peleamos a golpes con mi jefe, bueno en verdad solo le di un golpe y el ninguno, pero a los dos nos corrieron”, de mis ojos salieron un par de lágrimas y en eso me abrazaste, ese abrazo sentí como si todo se volviera a acomodar, como si el mundo parará su giro para que me acomodaras con ese abrazo, después todo volvió a la normalidad, platicamos un poco de baseball y de algunas series, pero a partir de ese momento nos volvimos de esas amistades que sin saber cómo ni cuándo, te caen del cielo.

 

Vaya pasaron los meses y yo conseguí trabajo, tu seguías en la escuela y quedaba tu escuela de camino al trabajo, así que por las mañanas te acercaba a tu escuela, casi diario comíamos juntos y a veces me esperabas a la hora de la salida, incluso en mi trabajo decían que eras mi novia pero soy sincero, todavía no existía ni un beso en la boca, ni una caricia mal intencionada, parecíamos de esos amigos que todo mundo ponen de novios menos ellos mismos, no había insinuaciones, solo nos conocíamos hasta que ese día mientras te enseñaba a jugar billar, nuestros labios se encontraron, fue un beso de esos que sientes una conexión maravillosa, que quieres que nunca termine, que esa persona siempre siga contigo, lejos de lo que yo pensaba a partir de ese momento caminábamos de la mano, compartíamos el helado, hacíamos planes a futuro, escuchábamos música distinta para ambos, íbamos a cines y auto cinemas, conocíamos la ciudad pero siempre juntos, de la mano.

 

Hasta que llego ese momento, ese preciso momento que estamos viviendo ahorita, justo por eso escribí esta remembranza, te acompañé para hacer algunas compras y nos encontramos a tu ex novio, si aquel chaval que te dejo por otra mina, recuerdo bien lo saludaste con una sonrisa en el rostro, le preguntaste cómo estaba, si había pasado algo en su vida, justo cuando él iba a empezar a contar su historia, tu solo sonreíste y le dijiste “bueno pues yo estoy bien y te tengo que agradecer, justo ahora tenemos una nene y una nena, mi esposo los trae en la carriola”, me llamaste y nos presentaste como “tu pasado y tu presente”, el tipo se quedó pasmado como en shock, yo para ser sinceros también me quedé igual, te despediste de él como si fuera cualquier persona. Llegamos a casa y yo me serví un mezcal, partí una manzana y me puse a transcribir lo que había sucedido, todavía no podía digerirlo, quizás yo nunca hubiera hecho algo similar, fue cuando llegaste y me besaste, me diste tantos besos tan cortos y tan ricos que al final cerraste con un “debía de agradecerle, gracias a lo que me hizo nos conocimos, por cierto ¿Recuerdas el día que nos conocimos?”.