Ir al contenido principal

Me declaro culpable

 

“…Vuelve,

 A decirme lo de siempre,

 Que me quieres pero no puedes tenerme,

 He hecho lo imposible por hacerme fuerte…”

 

Entonces ¿me puedes decir cuales serían las 5 cosas peores que pudieran pasar?

  • 1.    Un cataclismo
  • 2.    Que mis seres queridos fallezcan
  • 3.    Un día dejar de amarte
  • 4.    Arrepentirse de los pecados
  • 5.    Morir en la cárcel

 

Sabes cada vez eres más extraño, todavía no entiendo cómo se te ocurrió eso de las preguntas de seguridad, ¿Quién podría recordar tus 5 cosas peores que pudieran pasar?, aunque yo las recuerdo, nunca podría decirlas, siempre te lo dije y lo sigo diciendo, ¿te acuerdas cuando te decía que te enamorabas de las mujeres que no te merecían? Nunca entendías pero al final me hacías caso, solamente hubo algo que nunca me hiciste caso…” en ese momento se me hizo prudente darle un beso, un beso de esos que pocas veces se dan, pero al fin y al cabo un gran beso; para ser sinceros nos conocíamos desde hace más de media vida, pero nunca nos habíamos dado un beso tan chingón como el de hoy, pero bueno, ese beso termino en un gran momento de comunión de dos cuerpos.

 

Después de ello seguimos con esa charla “te decía, ¿Por qué nunca quisiste formalizar? ¿Tanto miedo te da? Es extraño pero después de tantos años puedo saber que no entiendo como sigo contigo, pasan tus amores y los míos pero siempre terminamos tomando un café un día, otro día tomando cerveza, tequila, whisky o coñac, siempre dependía de que tenías antojo, pero de pronto estábamos en la cama, como cada momento, digo no es queja, siempre tenía algo distinto pero jamás fui aquella chica que compartías el helado con ella yendo de la mano sobre reforma, ni aquella chica que te reclamaba por irte a jugar futbol por la mañana y que a las 6 de la tarde me hablaras borracho para decir que no podías acompañarme a la fiesta de una amiga mía y hubiéramos discutido, siempre soñé con eso, que al final discutiéramos y termináramos abrazados en el sofá, pero ya sé que nunca va a pasar esto, eres como esas personas de los ranchos que dicen que se van a casar con alguien, se va a EE.UU. y nunca regresan, así eres tú, siempre has sido tú. No puedo entender como estuve contigo en todos tus peores momentos, pero existe una cosa que quizás nunca te voy a perdonar o quizás me pueda perdonar, fue escuchar una y otra vez esa historia del amor de tu vida, yo tenía ganas de decirte ¿Ella conoce tus gustos? ¿Ella sabe que ves el baseball a escondidas? ¿Acaso sabe que te gusta más hacer senderismo que bicicleta de montaña? ¿Ella podría aguantarte tantos años como yo?, pero nunca te lo había dicho, cuando pensaba en decírtelo, siempre salías con algo y me elevabas, quizás un poco por tus problemas de dicción, pienso que muchas veces quiero entender lo que estás diciendo pero no sé si sean tus ideas mal organizadas o tu pésima dicción lo que me hace no poder entender bien…”, volví a interrumpirla, ahora con caricias traviesas y pequeños besitos, ella no podía formar una oración, por décima vez lograba que ella no hiciera catarsis sobre mí, no porque no me gustará si no que yo sabía que en cuanto ella terminará de decir todo lo que piensa de mí, en ese momento quizás ya no querría volver a verme nunca más,

 

Para no variar, en la mañana al despertar le deje hechos los hot cakes como le gustan con el café de olla, miel y tocino, salí de su departamento como un delincuente, claro de nueva cuenta había hurtado sus ilusiones, justo cuando iba subiendo a mi auto le marqué pero no me contestaba, así que le mande un mensaje “buenos días bella durmiente, no te quise despertar, tuve que salir rápido pero te deje el desayuno hecho… y muchos besos sobre tu alma”, justo iba llegando a mi casa cuando me mandó un audio “sabes, estuvo todo muy rico, incluso los hot cakes también, pero me hubiera gustado que te hubieras quedado a desayunar conmigo, tomarnos el café mientras charlamos de cualquier cosa, embarrarnos de miel, hacer un desmadre el departamento, bañarnos y después pedir comida rápida a domicilio, poner una serie o una película aunque de ante mano sabríamos que no vamos a verla y terminar como inicio el día, rendidos en la cama, tú junto a mí”, la verdad no sabía que carajos responderle, solo puse “algún día, algún día va a suceder”, tomé una ducha y me puse a leer los escritos que le había escrito, las conversaciones de hace tantos años, los audios, vaya todo era casi perfecto, creo que todo era perfecto, hasta parecía que la historia se repetía una y otra y otra vez, me tome un whisky mientras me quedaba profundamente dormido, solo recordándola.

 

Me despertó un alboroto terrible, escuché como habían abierto mi casa, no sabía qué hacer, rápidamente tome la pistola que tengo bajo la almohada, esa .45 Colt, mi compañera de vida, le quite el seguro y volví a acostarme, solo esperaría el momento justo cuando los que se atrevieron a meterse a mi casa abrieran la puerta de mi cuarto, pero me sorprendieron cuando entraron rompiendo los cristales de la ventana al mismo tiempo que abrían la puerta y al grito de “¡Manos arriba, no se mueva, se encuentra usted detenido!”, solté el arma, me tiraron al piso y me esposaron mientras me daban patadas y golpes por doquier, tomaron mi arma y tiraron todo, buscaban no sé qué cosa, yo no quería hablar, porque me iban a seguir golpeando, me bajaron esposado, mi casa estaba hecha un desmadre, al salir los vecinos me veían desde sus casas y alguno que otro más osado me veía desde a fuera de sus casas.

 

Pasaron los días, me pusieron un abogado de oficio, yo le comentaba que yo no necesitaba uno, yo podía defenderme solo, era abogado y tengo las facultades para hacerlo, al preséntame ante el juez siempre me declaré inocente, hasta que me pusieron extractos de videos, donde yo entraba al departamento de ella y después salía con la camisa manchada de sangre, con un nerviosismo terrible, después otras imágenes donde yo regresaba cada domingo, pasaba la noche ahí y en la mañana me iba, fueron 4 videos, informes de la compañía telefónica de ella donde decía de que ubicación salían los mensajes y el contenido de los mismos, los datos de geolocalización de cuando se encendía el celular, vaya todo eso me empezó a hacer recordar, recuerdo como por dentro mi cabeza giraba y recordaba esa discusión que tuvimos, donde ella me decía que ya no quería seguir conmigo, que ser la segunda no era nada bueno para ella, que ya había conocido a otro tipo y yo no he interesaba más, en ese momento tomé mi bate de baseball y le di en la cabeza, después cuando mi ira se fue, vi que no reaccionaba, no quise llamar a emergencias, mejor la guardé en un congelador que ella acababa de comprar para guardar la fruta de temporada, después me fui a la iglesia, quería arrepentirme de mis pecados pero no estaban confesando, recordaba como volvía y  la sacaba del congelador cada que yo iba y me acostaba con ella en su cama, después volvía a meterla, de su celular me mandaba los audios que más me gustaban y después lo apagaba, en ese momento vi al juez a los ojos y sin mediar palabra dije “¡me declaro culpable!”



Comentarios

  1. Respuestas
    1. Gracias por leer bro... Seguiremos derrochando un poco de locura...

      Recibe un fuerte abrazo

      Eliminar
    2. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Te soñé

  “…Prométeme amor que vas a ser muy feliz Que así me darás lo que ahora pierdo Pues me voy de aquí sin lado izquierdo Que es donde te tuve junto a mí…”   Desde que te vi supe que era un sueño y no, no estoy bromeando, sabía que era un sueño ya que podía controlar lo que pasaba, desde el momento que vi que me veías caminé hacía donde estabas, obviamente no querías que te viera y caminabas en medio de la gente pero podía controlar el sueño y con ello pude hacer que chocarás conmigo mientras volteabas hacía atrás cuando intentabas perderme, te recibí con una sonrisa y un “¿Te puedo ayudar en algo?” volteaste con desdén y me dijiste “¿seguro que es tu sueño?” , y con mi sonrisa sarcástica te dije “obvio, mira vamos a volar para que veas como se ve tu ciudad de noche, ya vez ¿A poco puedes volar? Mira  si volteas a la izquierda vas a ver cantando a Marco Antonio Solís la de Invéntame, si volteas poquito a la derecha esta Travis Birds y Benjamín Prado cantando 19 días y 500 noch

Fue la voz, pero ya volví

  Antonio estaba sentado en el sofá, viendo la televisión. De repente, escuchó una voz en su cabeza. -¡Levántate!- Antonio se sobresaltó, logró reconocer la voz, era la voz que le hablaba cuando era niño pero tenía tanto tiempo sin escucharla que se quedó pasmado por unos minutos. -¿Qué quieres?- preguntó Antonio, con voz temblorosa. -¡Levántate y sal de aquí! - insistió la voz. Antonio se levantó del sofá y se acercó a la ventana, estaba dudando, miró por la ventana y la calle estaba totalmente vacía. -¿A dónde quieres que vaya? - preguntó Antonio. -¡No importa!- respondió la voz. -¡Sólo sal de aquí!- Antonio abrió la puerta y comenzó a caminar sin rumbo fijo, parecía que estaba hipnotizado, caminó por varios minutos hasta llegar a un lugar oscuro y totalmente solo, tenía la pinta de ser un parque. -¡Aquí es!- dijo la voz. Antonio detuvo su marcha como si le hubieran puesto un freno. -¿Qué tengo que hacer aquí?- preguntó. -¡No lo sé!- respondió la voz. -

Espero recuerdes lo mucho que te quiero

Lo más curioso fue encontrarnos aquí ¿qué tiempo tiene de no saber uno del otro? ¿12 años? No, creo que más, creo ibas empezando la facultad, ¿en serio nunca te diste cuenta que me gustabas? Vaya si que eres muy despistado como bien lo dices, ¿recuerdas aquellas llamadas a media noche? ¿Recuerdas las videollamadas por MSN? Ja, si que era extraño, incluso nos mandábamos correos, pero bueno ¿qué ha sido de ti? ¿Cuántos divorcios llevas a cuestas? ¿Cuántos hijos tienes? creo que esas preguntas te hubiera hecho, pero bueno, es extraño tanta distancia que ahora hay entre los dos y eso que estamos muy cerca, te voy a ser sincera, ay días que todavía te he recordado, me preguntaba si todavía te acordabas de mí y voy a confesarte que cuando ando con resaca me acuerdo de tus remedios que me decías para que no me sintiera tan mal y he llegado a imaginarme que tu estas conmigo, que me haces esos remedios y solamente dices “ya te tocaba salir un ratito, te lo mereces”, siempre me decías lo mismo o