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Descanso Eterno

Me desperté de forma súbita, me senté en la cama y abrí los ojos, aún estaba oscuro, me fije en el reloj y marcaba las 02:30, me bajé de la cama y tomé un poco de agua en una jarra que siempre tengo llena, 3 vasos al hilo, pareciera que trajera resaca pero tenía ya varios meses sin tomar, me volví a recostar pero me di cuenta que me sentía muy intranquilo, giraba y giraba en la cama pero no podía volverme a dormir, sentía una mirada, cerré las ventanas, encendí el ventilador, me puse los audífonos y nada daba resultado, me paré al baño, oriné a fuerza, tomé dos vasos más de agua y me lavé los dientes, me volví a acostar pero nada, hasta que después de mucho batallar me volví a quedar dormido.

 

Me desperté nuevamente pero tenía una sensación de que alguien me observaba, sin abrir por completo los ojos solo teniéndolos entre abiertos pude ver a alguien en el espejo del closet, se alcanzaba a ver la silueta de alguien de estatura mediana, complexión delgada, no se adivinaba si era hombre o mujer pero yo me iría mas porque era mujer, ya que traía una especie de gorro y delantal, al abrir un poco más los ojos me di cuenta que deje de verla, me causo cierta incertidumbre y me puse a pensar ¿Quién era ella? ¿Qué hacía en mi cuarto? ¿Necesitaba algo?, estaba pensando en eso cuando volví a quedarme dormido.

 

Desperté nuevamente sobresaltado, sentí como si se hubiesen sentado a un lado de mí, claramente sentí, un miedo me invadió, quería correr, gritar, hacer cualquier cosa pero no podía, me sentía totalmente inmóvil, empecé a rezar no voy a negarlo, quizás ni recordaba bien los rezos pero yo los decía con mucha devoción hasta que de pronto me volví a quedar dormido.

 

Desperté nuevamente, mi cama se sentía muy húmeda, me paré y vi como había pisadas, se notaban frescas gracias a la humedad en la duela, empecé a seguirlas y conducían a fuera del cuarto, pasando por la estancia y se borraban en las escaleras, esas eran de mármol y no se veía absolutamente nada, me puse a ver las huellas, eran justamente las de mis pies, me senté en la escalera, quizás había me había despertado estando dormido, me fije en la hora y el reloj daba las 4:30 am, mis pies estaban sucios, muy sucios como si hubiera caminado en la tierra, me metí a bañar y no quise volverme a dormir nuevamente.

 

Habían pasado 4 días desde que me di cuenta que mis pies estaban muy sucios, lo tenía todo bien documentado, en mi trabajo no podía concentrarme, quería ver ¿Quién era esa mujer que se aparecía? ¿Qué era lo que quería? Y como siempre le pregunté a una amiga que le gustan esos temas, lo había hecho vía telefónica y ella me citó ese mismo día saliendo del trabajo, al explicarle el sueño ella solamente me dijo “antes de llegar a casa compra 6 veladoras blancas, acomódalas en forma de cruz y enciéndelas antes de dormir”¸ así lo hice la verdad me sentía un tanto extraño, yo jamás había creído en eso pero ya me sentía mal, no podía conciliar el sueño.

 

Me desperté pero no quise abrir los ojos, después escuché las campanadas de la iglesia, eran las 2:45 am, de pronto sentí escalofríos, sentí como se sentaron nuevamente a un costado mío y después sentí la mirada penetrante, ahora si entreabrí los ojos, la vi a ella, si pude verle el rostro, no era fea, al contrario era muy bonita, después le pregunté “¿Necesitas algo?”¸ella solo asintió con la cabeza, después le volví a preguntar “¿en qué puedo ayudarte?”, ella alzo la mano solamente en señal de que me esperará, después cerró los ojos y señaló las veladoras, y de su rostro empezaron a rodar algunas lágrimas en sus mejillas, me apuré y le dije “¿apago las veladoras? ¿Te molestan?, perdón es que yo pedí asesoría…” ella me interrumpió con la mano y en señal que parará de hablar, así lo hice, después me regaló una sonrisa, se limpió las lágrimas con su delantal blanco, pude ver sus ojos, eran muy hermosos, tenían un brillo como el de las embarazadas y se le veían como café claro, después camino rumbo al espejo y ahí se desvaneció, créanme no estoy mintiendo, en ese momento me paré a tomar agua, las veladoras seguían encendidas, incluso se sentía un aroma diferente en el ambiente, a partir de ese día pude conciliar el sueño sin problema alguno.

 

Todo iba de maravilla, quizás iban 2 meses desde el primer día que sentí la mirada cuando me encontré con mi amiga, le dije lo que me había sucedido y le comenté que cada semana cambiaba las veladoras, las dejaba encendidas toda la noche pero pareciera que no se consumieran casi nada por eso duraban una semana, ella solamente asentía, no decía nada, me dijo que si tenía oportunidad de hablar de nuevo con ese ente que lo hiciera, quizás necesitaba algo más, me despedí de ella y me fui con esa tarea a casa.

 

Pasaron quizás dos noches cuando ella se apareció, era extraño, estaba en un sueño muy pesado cuando de pronto ella me jalaba y me traía de regreso a la realidad, podía verla, me tenía agarrado de la mano, me había sacado de la cama, lo recuerdo bien porque le dije que me esperará me iba a poner tenis, ella mientras me esperaba apagó las veladoras y las puso dentro de una bolsa de plástico, aproveché para ponerme un short, caminamos cerca de 35 minutos, íbamos de la mano como si fuéramos dos enamorados, no había prisas, no había palabras, solamente ella iba tarareando una canción, se sentía una tranquilidad maravillosa, no había cosa mejor en el mundo, de un momento a otro ella se paró enfrente de una ex hacienda, estaba como lo dije a 35 minutos de distancia caminando, la entrada era como un pequeño castillo, no entramos, nos quedamos en un puentecito, ella me dio las veladoras, las encendí una a una y las puse en forma de cruz, justo como las tenía en mi cuarto, ella se puso de rodillas y empezó como a rezar, no alcanzaba a escuchar su voz, solo su murmullo, después apagó una a una de las veladoras y me volvió a dar la mano, yo estaba congelado, no sabía qué hacer, caminamos de regreso pero por otro camino, llegamos a una barranca, yo bien que la ubicaba, ahí decían que había un panteón antes del actual, me quedé parado como si no quisiera caminar, ella me tomó del brazo y me volteo a ver mientras me regalaba una cara como de súplica, le hice caso y seguimos, se paró en seco, removió del suelo un poco de tierra con sus manos, iba a ayudarle pero no me dejo, quizás estuvo por unos 3 o 4 minutos, cuando se alcanzaba a ver una plancha de hormigón o cemento, ella me pidió las veladoras, las encendí mientras se las daba, ella las ponía en señal de cruz nuevamente, yo no le quitaba los ojos de encima, por más que quería no podía voltear a otro lado, ella tenía toda mi atención cuando de pronto ¡Pum! Me desvanecí, al incorporarme ya no estaba ella, yo seguía en ese mismo lugar, pero ella ya no estaba, las veladoras estaban totalmente ya deshechas, no entiendo pero no me daba miedo, caminé de regreso a mi casa, quizás unos 20 minutos, llegué tomé agua y me subí a dormir, justo cuando estaba agarrando el sueño sentí un beso en la frente, desperté de inmediato y ella estaba a un lado de mí, por fin podía verla, era realmente hermosa, con una voz serena, clara y jovial, me explicaba que ella murió hace muchos años, trabajaba en esa hacienda y salió una mañana pero iba tan distraída que al salir en el puente resbaló, su cabeza pegó en una piedra y se fue río abajo, nunca más la encontraron, la tumba a la que fuimos a ver era la de su madre, esa mañana ella iba a visitarla y quería el descanso eterno con ella, un poco intrigado le pregunté el motivo por el cual se me aparecía a mí, y ella solamente me dijo “¿recuerdas aquel día que fuiste a tomar fotos allá? Bueno pues trajiste mi alma contigo, fuiste capaz de darme luz y regalarme el descanso eterno”.



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