“Ya se van, van, van los fantasmas pequeñitos, ya se van, van, van, otro día volverán.” Al regresar a estas oficinas después de tanto tiempo el ambiente se sentía extraño, se sentía cierta melancolía, cierta tristeza y extrañeza, las oficinas no eran las mismas, nada era lo mismo, es más ni siquiera mi horario era el mismo. Dentro de toda esa extrañeza empezaron en radio pasillo un comentario de que se aparecía una niña con un par de muñecas, era extraño lo sé, eso existe en casi todos los lugares de trabajo, pero aquí al parecer era real, a varios compañeros ya se les había aparecido, yo siempre había dicho que depende como tengas la conciencia es como suceden las cosas. Un viernes eran las 9 de la noche, era el último en la oficina, las luces fallaban un poco, a veces se apagaban y tardaban en encender también otras veces tildaban, pero yo estaba absorto en mi trabajo, leyendo y releyendo esos documentos que no podía encontrarles coherencia, me sentí...
Historias que pasan, cuando cae la noche.